El escafoides es uno de los 8 huesos que forman el carpo, la articulación de la muñeca, que une el antebrazo a la mano.
La importancia de las fracturas de escafoides radica en la particular vascularización que presenta este hueso, la cual proviene de una única arteria, que entra en el hueso por su parte distal. Esto hace que, al fracturarse el escafoides, el aporte de sangre a la parte proximal del hueso pueda quedar interumpida situacion que puede provaocar una osteonecrois del polo proximal del escafoides y a medio plazo un calopaso del carpo con artrosis y dolor.
Este es el motivo por el que las fracturas de escafoides deben estar perfectamente reducidas. En muchas ocasiones deben ser fijadas mediante un tornillo para asegurar que los fragmentos permanecerán perfectamente reducidos, sin desplazamiento de los mismos, lo que minimiza los riesgos de osteonecrosis.Para conseguir la reducción de fragmentos se utilizan unos tornillos especiales que, a parte de mantener los fragmentos reducidos, realizan compresión de los mismos.
Esta reducción y compresión se puede realizar de manera percutánea, realizando tan sólo una pequeña incisión de apenas 5 mm de longitud, lo justo para introducir el tornillo hasta el hueso.
Durante el procedimiento se inserta una aguja en el hueso a través de la piel.
Este procedimiento se realiza guiado por escopia, lo que nos permite asegurarnos de que la aguja está justo en el lugar deseado, reduciendo riesgos.
Una vez introducida la aguja, medimos la longitud del tornillo que necesitamos.
Finalmente introducimos el tornillo a través de la aguja.
En la siguiente radiografía podemos ver el resultado final con los fragmentos de la fractura perfectamente reducidos y con la compresión que minimiza los riesgos de osteonecrois.